viernes, 21 de julio de 2006

Líbano


No más niños muertos…

Todas las guerras son absurdas. Absurdos los motivos que las crearon.
Mentiras los ideales que las mueven.
Ataque o defensa todas terminas siendo ataque contra la inocencia de los más débiles,
dolor para los doloridos.
y futuros odios…

Basta ya.
Que se oiga bien alto.
BASTA.

9 comentarios:

Kat dijo...

Cuando el odio está en el poder,
no hay conciencia que valga.

Me uno a tu grito.....

Dios se apiade de los infelices y acoja en su seno a los inocentes.

Besos.

Angel Negro dijo...

Hola Kray, veo que tenemos telepatia blogera ;), por este post te has ganado con creces un link en mi Blog.

¡¡BASTA YA!!

Carlos Alberto Arenas dijo...

Gracias Lilíth me haces un honor.

Princesa Dariak dijo...

BASTA.

que ironia... que mueran por un absurdo los que aman lo absurdo es su propia consecuencia...
Pero los inocentes...
Desde la tierra su sangre grita, nosotros somos su voz.

Un abrazo de Luz.

Rara dijo...

Como si no hubiera suficiente dolor, como si no tuvieramos suficientes motivos para sufrir y sin embargo, hay "gente" que se toma el semejante tiempo para hacer más mal. Jamás, jamás lo entenderé.

Cariños en canastas querido Dragón

Daniela dijo...

Hola Kray, me gusta mucho tu blog , te visito y me quedo encantada con la hermosa cascada de tus palabras.

Un abrazo.

Angel Negro dijo...

Kray ¿te apuntas a "dar guerra Blogera"?
http://sentimientosnegros.blogspot.com/2006/07/grita.html
Besos

Carlos Alberto Arenas dijo...

Seguimos en la brecha. Parece que hay conflicto para rato. Movilizemos nuestros corazones.
Daniellha: Gracias. Yo tambieén paso tu blog para ecibir mensajes frescos.
Un abrazo.

XY51 dijo...

Para mi las guerras nunca son un absurdo, sino una tremenda equivocación, la equivocación de los que a través del poder y la fuerza esperan obtener la razón.

El problema es que ni decirles que son absurdos, ni que están equivocados sirve de nada.

Ahí teneis al Bush hinchado de prepotencia y vanidad repartiendo a diestra y siniestra su siniestro sentido de la moralidad que pasa siempre por su bolsillo.